Liga de Campeones, donde con un gol fue el punto de inflexión en semifinales que cortaba las opciones del rival de llegar la final. La camiseta es azul con detalles amarillos, mientras que el pantalón corto es blanco. En una entrevista al magacín Blanco y Negro, reconocía en 1938 que “no veía mucho futuro al balompié” pero pretendía que “el club merengue tuviera un estadio acorde a su señorío”. Isco debutó contra el Granada Club de Fútbol en la victoria por 4-0 realizando una buena actuación que le llevó a ser un habitual para su nuevo entrenador Manuel Pellegrini. El club dejó de ser Real Madrid durante estos años y regresó a ser denominado como Madrid Foot-Ball Club, algo que no duraría mucho tiempo. Por las mismas fechas en que andaba de lleno metido en el fregado de lo de Nin, declaraba a Blanco y Negro que “la nueva práctica del deporte, aplicada a la guerra, ha evitado en primer lugar, el preciosismo y la exhibición, y ha conseguido que los soldados, libres de antaños prejuicios, fortalezcan sus músculos, alimenten sus pulmones y posean una resistencia esencial hoy en cualquier clase de combate.” Palabras en las que, hilando por lo fino, se podría encontrar incluso el más remoto precedente del vertiginoso fútbol moderno, hipermusculoso y carente de ornamentación huera de fuerza.
Estableció tres tipos de cuotas para quienes se acercaran a la institución: una para socios, otra para combatientes y otra para quienes no fueran ni una cosa ni la otra. Pablo Hernández Coronado, el secretarísimo, hombre fuerte del club y al que la institución debe probablemente la supervivencia en este período, y Carlos Alonso, son quienes sostienen la entidad. El trabajo constante de Hernández Coronado permitía organizar eventos deportivos, “Olimpiadas Militares”, amistosos para la beneficencia y un sinfín de actividades que sin duda tenían como objeto destacar la utilidad del Madrid como institución deportiva y social en la atmósfera perturbada de una ciudad en guerra. Es curiosa la anécdota de la Copa Trofeo, impulsada por Hernández Coronado como una competición que enfrentaba a las distintas brigadas del Ejército del Centro y cuya organización corría a cargo del Madrid. Había permanecido fiel a Negrín hasta el final de la República, y una vez tomada Madrid por las tropas del General Franco, su sentencia de muerte fue tomada de manera sumarísima. En este contexto, designado Director General de Seguridad (sucediendo a Wenceslao Carrillo) , el coronel Ortega es un oficial maduro de 40 años excelentemente posicionado dentro de la élite comunista que arropó la llegada al Gobierno del Presidente Negrín.
Amén de una declarada simpatía por los colores madridistas, la elección de un destacado militar afín al Partido Comunista como presidente de uno de los clubes punteros de aquel sport en auge como era el fútbol, respondía a la estrategia definida por este partido de ocupar todas las posiciones sociales de relevancia dentro de la España republicana en el segundo año de la Guerra Civil. No en vano, ya en 1936, la profesionalización general del balompié era una tendencia irresistible que continuaría, en la década de los 40, hasta establecerse en los límites industriales del negocio actual. Ortega difería, eso sí, en la adivinanza del futuro: advertía que vendría un fútbol en el que “no se comerciará con las fichas ni con los «ases» y la juventud. «Los del Barça triunfaron por talento natural, eran craques. Finalmente, el tribunal descarta un delito contra la propiedad industrial y, por contra, «sí puede afirmar que no existe riesgo o peligro de perjudicar la exclusividad de la marca Real Madrid y sus signos distintivos, ni existe riesgo de confusión alguno con los signos distintos oficiales del Real Madrid Club de Fútbol». Lorenzo Sanz en cumplimiento con lo que es una marca corporativa se adelantó en 1997 con la constitución de la Fundación Real Madrid, entidad social, humanitaria y formativa carente de ánimo de lucro que trabaja en favor del desarrollo cultural y social de los más desfavorecidos a través del deporte y después en 1998 con dos ilusionantes proyectos que verían la luz en 1999: disponer de un canal propio de televisión y de un logo que representara la marca corporativa del club.
Unimos un color vinculado a un público objetivo (mujeres), un modelo moderno y una prenda con valor simbólico: éxito de ventas. Florentino hizo caso omiso de los cambios realizados en el escudo por su antecesor en el cargo dejando las cosas como estaban, al menos en sus primeras temporadas, siguiendo el azul como color corporativo mientras que del morado nadie se acordaba. Sin embargo, en la web no se hace referencia alguna ni a Juan José Vallejo, el representante del comité de la Federación Deportiva Obrera que incautó el Madrid en verano de 1936 relevando a Rafael Sánchez Guerra, ni a su inmediato sucesor, Antonio Ortega. El diseño y estilo no cambió durante la década de los años 40, pero los pantalones se hicieron más cortos y las camisetas tuvieron su versión de verano y de invierno, algo que hacia falta. 84′ Falta de Eder Militão (Real Madrid). Con esto y con la explotación de la piscina de Chamartín, orgullo gimnástico del club a falta de actividad balompédica, el Madrid renqueaba sobreviviendo a los bombardeos de Franco y al resbaladizo ambiente de intrigas en que hormigueaba la capital republicana. En aquel momento, como he escrito ya en esta página, el Madrid Club de Fútbol sólo poseía nominalmente las modernísimas instalaciones del Estadio de Chamartín, de facto campo de entrenamiento y cuartel del Batallón Deportivo.
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