Santiago Bernabéu contactó entonces con Alfonso Senior, máximo mandatario del club «millonario», apelativo del que tomó su nombre oficial, para hacerse con los servicios de Alfredo Di Stéfano. Tan escaso número de bajas no era lo habitual en las largas travesías marítimas de la época, en las que las carencias nutricionales por falta de alimentos frescos en la dieta de los marineros, fundamentalmente el escorbuto, pero también el beriberi y otras enfermedades, diezmaban las tripulaciones.